Al llegar el día en el que falleció un programador experto en automatización de sistemas, lo mandan al infierno ya que llevaba una vida digna, ejemplar pero era ateo. Al ser muy bueno programando, en poco tiempo arregló todos los problemas informáticos en el infierno, evitando que se tuvieran que resetear los sistemas y equipos y con todo funcionando a las mil maravillas.
Dios fue informado de que el informático instaló aire acondicionado en todos los despachos, colocó cafeteras y máquinas de chocolate automáticas, Televisión por cable en todos los departamentos y demás servicios de gran utilidad para los habitantes del infierno, por lo que intentó enviarlo al cielo pero el Diablo se negó.
Dios enfurecido le dijo al Diablo:
- ¡Te voy a demandar!
- Sí, como no, dijo el Diablo con su nota de sarcasmo habitual y prosiguió.
- ¿Y dónde encontrarás un buen abogado, si en el paraíso no hay?