Un catalán que le ha prometido a su hija un viaje en avioneta como regalo de cumpleaños está negociando con el piloto: ¿Cuánto me cobra por dar un paseo de una hora?
250€.
¡Uf!, eso es mucha pasta. ¿Y si sólo es media hora?
Por media hora, 125€.
¡Jolín!, 125€, ¿no tiene nada más barato?
Pues mire, podemos hacer un trato. Si usted se sube a la avioneta y es capaz de estar completamente callado durante todo el vuelo, no le cobro un duro.
Eso está hecho.
Se suben los tres y el piloto venga a hacer malabarismos, rizos, caídas en picado, el avión boca arriba, boca abajo...y el catalán, mudo.
Por fin se cansa el piloto y aterriza.
Oiga, me tiene usted asombrado. Mire que hice cosas peligrosas con la avioneta y usted no pronunció ni una palabra
Si quiere que le diga la verdad, estuve a punto de gritar cuando se cayo la nena...