Ha llegado la temporada estival, y con ello una mayor exposición al sol. De todos es sabido la necesidad de cuidarnos de los rayos solares.

Las medidas de precaución son para todos, pero especial atención debemos tener con los niños.

La energía que nos llega del sol está formada por distintas radiaciones:

  • UVB: Actúan sobre la primera capa de nuestra piel, pueden provocar eritema solar, enrojecimiento. Son los rayos responsables del envejecimiento prematuro, las alteraciones en la piel, incluído el cáncer de piel.
  • UVA: Estoy rayos actúan sobre la segunda capa de la piel. Tenemos los UVA cortos, responsables de las alergias y del fotoenvejecimiento. Y los UVA largos, responsables de la pérdida de firmeza de la piel. Las radiaciones solares degradan las fibras de colágeno, elastina y fibroblastos, que son los generadores de células de tejido fibroso. Al quedar degradadas aparecen: manchas solares, deshidratación, arrugas, acumulación de células muertas, alergias, picazón, enrojecimientos.
  • IR: Actúan en la tercera capa de la dermis. Genera calor y potencia el resto de radiaciones, que pueden resultar nocivas.

Para prevenir los efectos adversos comentados tenemos los fotoprotectores. Protegen la piel gracias a las sustancias que los componen, encargadas de bloquear las radiaciones que nos afectan negativamente. Por ello es importante elegir el fotoprotector adecuado a nuestra piel, además de seguir unos consejos imprescindibles:

  • Evitar las horas centrales del día, de 11 a 16 horas, donde los rayos solares son más potentes.
  • Los colores oscuros protegen mejor contra los UV.
  • La ropa mojada detiene peor los rayos UV. Muchos padres bañan a sus hijos con camisetas creyendo que es una medida eficaz para protegerles del sol, y esto es un error. Es más conveniente usar un fotoprotector adecuado que renovemos frecuentemente.
  • Utilizar gorras o sombreros.
  • La crema protectora ha de ser aplicada entre 15-30 minutos antes de la exposición al sol.
  • Utilizar cremas de amplio espectro (UVB, UVA; IR) y con protección nunca inferior a 15. En caso de pieles sensibles, debe ser mayor a 30. Para niños es recomendable utilizar factor 50.
  • Se debe aplicar cada hora y media o dos horas. Atención si se está mucho tiempo en el agua.
  • Si estamos en el agua (playa, piscina), asegurarnos que las cremas fotoprotectoras sean resistentes al agua.

Algunas recomendaciones especiales para los más pequeños:

  • No es recomendable la exposición solar en menores de 6 meses. Solo los 10 minutos recomendados para asegurar la síntesis de vitamina D.
  • Especial atención si se trata de pieles sensibles, muy claras, niños rubios.
  • Aunque el día sea nublado, los rayos solares traspasan la capa de nubes (a menos en un 85%), por tanto se debe usar de la misma manera el protector solar.
  • Si los niños se están bañando, renovar continuamente la protección.
  • Los niños también necesitan gafas solares.
  • Al aplicar el fotoprotector, no olvidar las orejas, los pies y el cuello.
  • Tratar de que los niños jueguen a la sombra.